La marca sostenible lanza «Trepadoras» con el objetivo de cruzar conceptualmente la disciplina de la escalada y el prejuicio que cae sobre las mujeres que abogan por su crecimiento en el ámbito personal y profesional.
En el imaginario popular, a una mujer se le etiqueta de «trepadora» tanto si es una madre que lucha por una pensión alimentaria justa como si es una profesional que exige un salario equitativo al de sus colegas hombres en reconocimiento por su capacidad productiva. Este juicio social se basa en la idea arraigada de que el deseo de crecimiento de las mujeres sigue siendo visto con desdén.